30 sept 2013

La quimera de los imanes

Versión web del artículo que publiqué en la revista Historia de Iberia Vieja , número 100, del mes de octubre de 2013. AVISO: En la versión en papel, algunos de los pies de foto introducidos en la maquetación no se ajustan debidamente al contenido del artículo.



Patente española 8301398El transformador de energía objeto de la presente invención, está constituido por un estator en cuyo seno se mueve un rotor circular disponiendo tanto el estator como el rotor una pluralidad igual de potentes imanes, estando los imanes rotóricos firmemente solidarizados a él, mientras que los imanes estatóricos pueden moverse sobre un punto de apoyo (…) Una vez que el rotor tiene un movimiento continuo, se dispone de un trabajo que se puede utilizar para conseguir un sin fin de energías, como podrían ser, mover máquinas, vehículos terrestres, energia eléctrica o similares.



Fragmento de la patente española 8301398,

solicitada en 1981 por Marcos Pinel Jiménez.


El irresistible encanto de los imanes


Recientemente cayó en mis manos cierto juego que consiste en una colección de potentes imanes esféricos de neodimio con los que se pueden crear todo tipo de imaginativas figuras. Es intrigante cómo se comportan los imanes, las reacciones que suceden al enfrentar caras polares de diferente o de igual signo, la sensación de luchar contra una pantalla de energía invisible. Es igual que conozcas la teoría y hasta puedas hacer precisos cálculos matemáticos acerca de la “fuerza” de los imanes, siguen teniendo una atracción casi mágica que incluso ha hecho perder la cabeza de muchas personas a lo largo de la historia.


Sí porque, basta un simple paseo por cualquier base de datos de patentes del mundo, incluyendo por supuesto la propia de la Oficina Española de Patentes y Marcas, para darnos cuenta de que hay todo tipo de ingenios que basan su existencia en los imanes. Y, de todas esas máquinas, hay una categoría muy especial que no dudo en calificar de quimérica, esto es, algo que se imagina como posible pero que bien pudiera no serlo.


Por supuesto, me estoy refiriendo a los generadores de electricidad basados en el uso de imanes. No son generadores de inducción en el sentido clásico, pues en ellos los imanes permanentes o los electroimanes son componentes indispensables. Nada de eso, me refiero a esas imaginarias máquinas que pretenden, partiendo de imanes permanentes, generar energía poco menos que eterna. Son algo así como la versión moderna de las máquinas de movimiento perpetuo que tanto juego dieron en siglos pasados. Igualmente que esas máquinas imposibles, los generadores de imanes permanecen en el limbo de lo irreal. Es una pena, pues pocas cosas me gustarían más que estar ante un prototipo de ese estilo que realmente funcionara. Por desgracia, la naturaleza conspira para que tal empeño se convierta en tarea hercúlea. A lo largo de los años he revisado cientos de patentes por el estilo y he visto prototipos de todo tipo, ninguno de ellos llegó a ofrecer lo que prometía, pero a pesar de que la realidad es tozuda, cientos de personas en todo el mundo continúan ensoñando a diario, buscando el modo de conseguir que los imanes se conviertan en una fuente de energía infinita y “gratuita”. Incluso con las tozudas evidencias delante, estoy convencido de que una legión de inventores soñadores continuará por el mismo camino.


El caso Pinel


No voy a entrar en menciones sobre la termodinámica, la entropía o sobre sistemas físicos abiertos y cerrados. Sin embargo, el propio sentido común creo que es lo suficientemente poderoso como para servirnos de guía. Y, sin embargo, el empeño continúa hasta nuestros días. La idea general es sencilla, por mucho que le realidad se imponga. Consiste en emplear los campos magnéticos generados por imanes permanentes, o más bien imanes de “larga duración”, para movilizar una máquina capaz no sólo de generar energía eléctrica, sino también dotada de la impresionante capacidad para sostener esa generación indefinidamente sin otra aportación de energía exterior. La solución definitiva a todos nuestros problemas energéticos. Aquí es donde entra en juego el argumento tan empleado de las conspiraciones. Se dice que, si estos generadores no se han extendido por doquier y nos han liberado de la tiranía del petróleo, es porque existe una gran conspiración encargada de suprimir estas tecnologías. Bien, no seré yo quien les intente quitar esa ilusión pero, aunque tiene cierto encanto romántico, son la naturaleza es la que realmente “conspira” para que ninguna de estas máquinas haya demostrado un rendimiento que vaya más allá de lo anecdótico. Y, repito, ¡me encantaría ver una funcionar a pleno rendimiento!


Con las pequeñas esferas metálicas de imanes de neodimio en las manos, recordé un caso muy especial que llenó páginas en la prensa nacional hace ya muchos años. Decidí repasar aquellos viejos papeles y, de paso, buscar un poco entre patentes. Me crucé con casos singulares de patentes españolas, con toda una colección de generadores movidos por imanes. He ahí, por ejemplo, el caso de la patente española 225316, del año 1955, concedida a David Hogan, estadounidense, y a Ludovik Jakovlewich, yugoslavo. Lo intrigante del caso es que no se trata de una traducción de una patente extranjera, sino que tan singular pareja de inventores residía, a decir del propio texto de la patente, en Madrid. Esta patente describe un tipo de generador eléctrico que, al menos teóricamente, tiene cierta verosimilitud. Se parece mucho a un generador convencional, sólo que en vez de electroimanes inductores cuenta con imanes permanentes en una disposición determinada y una bobina inducida en forma de malla. Hasta ahí no hay nada que suene muy raro, lo malo viene cuando se menciona que el empleo de imanes permanentes permitiría a la máquina funcionar “en ciclo continuo, el cual durará lo que el material y los imanes se conserven…”


Otro caso, a modo de ejemplo, que también me parece singular, es la solicitud de modelo de utilidad número ES1070153, presentada en 2009 por Josep García Boza, de Arenys de Munt, Barcelona. Digo que es singular porque, en sí misma, esta patente constituye todo un ejemplo de esa irresistible pasión por los imanes que parece acompañar a la humanidad desde tiempos inmemoriales. Como indica el texto de la propia patente, “tiene por objeto el registro de un generador eléctrico accionado por imanes capaz de transformar la energía cinética de giro de un elemento de giro en energía eléctrica.” Casos así se pueden recopilar por decenas en todo el mundo, pero hay uno que me llamó siempre la atención y es el que recordé mientras tenía los imanes de neodimio entre las manos, se trata del intrigante caso Pinel.


Para referirme a este caso, voy a comenzar la casa por el tejado, esto es, haré un pequeño repaso de las patentes solicitadas por un vecino de Sevilla, Marcos Pinel Jiménez, para, más tarde, comentar por qué del interés de las mismas a raíz del revuelo que se armó a principios de los ochenta.


El repaso de patentes solicitadas por Pinel comienza en 1980 con un “sistema para la obtención de energía eléctrica por variación del flujo magnético” (patente 8103516). Se trata de una tecnología que ya cuenta con varios émulos, pues algo así se ha intentado poner en práctica varias veces. La máquina propuesta intenta extraer energía eléctrica del movimiento de una plataforma animada por el paso de vehículos a motor. Dicho de otro modo, pretende generar energía a partir del paso de los coches que ruedan por las carreteras.


De 1981 data otra patente como es la 8300067, acerca de un “sistema de purificación de líquidos por resonancia magnética”, o modelos de utilidad como el 255378, “dispositivo energizador de cuerpos férreos”, o el 255325/2, “purificador de líquidos”. Más recientemente aparecen a nombre de Pinel, como solicitante, las patentes 2114438, de 1999, por un “proceso y aparato para depuración de aguas” y la 2275420 de 2008, para cierto aparato electroterapéutico, un “sistema tópico electromagnético”.


Como puede comprobarse, la actividad inventiva de Marcos Pinel es amplia y diversa, pero lo que aquí nos ocupa es mencionar dos fascinantes patentes sobre generadores eléctricos animados por imanes permanentes, pareciendo la más reciente una versión o evolución muy refinada de la inicial. De 1981 data su patente para un “sistema para transformar la energía magnética en energía mecánica y/o eléctrica”. Se trata de un generador eléctrico que se movería debido a la alternancia de impulsos magnéticos de polo similar y de polo contrario, esto es, atracción y repulsión, entre imanes permanentes. La patente, 2343498, de 2011, tiene por objeto un “generador y turbina magnética” que parece seguir el mismo principio para crear una máquina cuyo objetivo, según su propio texto, sería “la generación de energía mecánica y eléctrica teniendo como base las fuerzas de atracción y repulsión que los campos magnéticos poseen”.


Entre 1981 y 2011 han pasado muchos años pero, sin embargo, no parece que hayan proliferado estos generadores en el mercado, y eso que a principios de los ochenta la prensa se hizo eco de la pasión del inventor por sus ingenios magnéticos, haciendo que pareciera que una revolución energética estaba a la vuelta de la esquina.


Revolución magnética en la prensa


En torno al año 1980 apareció en múltiples ocasiones en la prensa española el inventor andaluz Marcos Pinel, asegurando haber logrado un asombroso avance tecnológico capaz de ofrecer energía para iluminar ciudades, mover fábricas y convertir a los coches eléctricos en algo común (véase, por ejemplo, la edición del 30 de abril de 1980 de El Norte de Castilla). El generador magnético de Pinel, que según la prensa contaba por entonces con 42 años, se basaba en lo que el propio inventor consideraba una nueva comprensión de los campos magnéticos. El recorrido en la prensa de la época del generador magnético de Pinel fue de lo más extraño. De levantar cierta atención, entre grandilocuentes afirmaciones, pasó al olvido, para volver a resurgir unos años más tarde con otras noticias incluso más increíbles todavía, como cuando se afirmó que el inventor había sido candidato nada menos que al Nobel de Física (¿?¿?). Luego, como suele suceder en estos casos, llegaron los ecos acerca de conspiraciones para ocultar el potencial de esta tecnología e historias similares. Muy oculto no está, eso sí, porque las patentes son públicas y ningún oscuro poder ha hecho que desaparezcan. En el diario ABC correspondiente al domingo 21 de mayo de 1978, ya se mencionaban los descubrimientos magnéticos de Pinel, afirmándose que nada menos que el ministro de industria de Suecia iba a visitar España para entrevistarse con el inventor y conocer así las posibilidades del casi mágico generador que aprovechaba la energía de los imanes. El periódico se hacía eco entonces de las curiosas teorías de Pinel, unas ideas que sirven de cierre magnético a estas letras…


Hemeroteca ABC

Recorte del diario ABC sobre Marcos Pinel, 21 de mayo de 1978. Fuente: Hemeroteca del ABC.



Siempre se había pensado que las líneas magnéticas iban directamente desde el polo norte al polo sur del cuerpo magnético. El señor Pinel ha descubierto y ha comprobado que no es así, sino que estas líneas parten del polo norte y del polo sur y se dirigen respectivamente hacia el ecuador del cuerpo magnético, que constituye una zona neutra. Esta diversidad de dirección de las líneas magnéticas es lo que hace posible, según el señor Pinel, el aprovechamiento industrial de las mismas para generar energía. Básicamente se trataría de hacer un aparato compuesto de elementos magnéticos y elementos no magnéticos, de forma que a tendencia del cuerpo magnético al juntarse con otro de la misma naturaleza se viera impedida y de esa forma se produjera un movimiento que engendrara energía. El señor Pinel afirma que está en condiciones de poner en funcionamiento un aparato de esta naturaleza capaz por sí solo de dar luz a toda una ciudad como Sevilla.



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NOTA: En el artículo en papel olvidé citar una patente adicional de Pinel. Se trata de la patente española número 422368, del año 1974.


La quimera de los imanes apareció originalmente en Tecnología Obsoleta, 30 septiembre 2013.




via Tecnología Obsoleta http://www.alpoma.net/tecob

3 comentarios:

  1. JAJAJAJA, pues las maquinas estas a pesar de todas las leyes que dicen que no puede, ni deben funcionar, FUNCIONAN! es genial porque cada dia somos más los que estamos produciendo nuestra energía y en breve las empresas españolas de luz se irán al traste que ya va siendo hora, la cantidad de años que nos han robado y aprovechado de nuestra ignorancia! culpa nuestra por habernos dejado estafar. pues bueno al fin toda mentira sale a luz, poco a poco y con mucha voluntad, el esclavismo social a terminado y en menos de 10 años el planeta entero no pagará luz. BRAVO!!

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