Desde la playa o la montaña, el pueblo o la ciudad, las noches de mediados de agosto son un buen momento para echar la vista al cielo. Como cada año, la Tierra atraviesa la órbita del cometa 109P/Swift-Tuttle y pasa por su rastro de polvo convertido en estrellas fugaces, un fenómeno popularmente conocido como 'lágrimas de San Lorenzo' por ocurrir cerca de esta festividad. Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid explican en qué consiste y qué noches serán las mejores para disfrutar de este espectáculo astronómico, que este año será muy visible gracias a la luna nueva.
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