El equipo descubrió este método de comunicación tan original en la hierba cana, pues descubrió que los efectos que ejercen los insectos en los hongos del suelo es una forma de transmitir mensajes a otros insectos.
Una investigación anterior realizada por científicos del Instituto de Ecología de los Países Bajos (NIOO-KNAW) permitió descubrir que los insectos que se alimentan de raices modifican la composición química de las hojas provocando que la planta emita señales volátiles al entorno que convencen a otros insectos de la superficie de que elijan otra planta. De este modo se evita la competencia y que la planta genere compuestos venenosos.
De este modo quedó claro que los insectos que moran sobre la tierra y los subterráneos son capaces de comunicarse entre sí utilizando la planta como «teléfono». Ahora, en una colaboración entablada con colegas de la Universidad de Wageningen (WUR), estos investigadores han profundizado en su trabajo y comprobado que los insectos dejan rastros en el suelo tras alimentarse de un vegetal. Estos restos permiten que otras plantas que crezcan posteriormente en el mismo espacio recojan las señales del suelo y las transmitan a otros insectos. Estos mensajes son muy específicos y la nueva planta es capaz de distinguir si la anterior sufría gusanos que se alimentaban de sus hojas o de insectos que lo hacían de sus raíces.
«Las nuevas plantas están descodificando un "mensaje de voz" del pasado para la siguiente generación de insectos hervívoros y sus enemigos», aclaró Olga Kostenko del NIOO y autora principal del estudio. «Los insectos están volviendo a experimentar una situación pasada.»
Los investigadores cultivaron hierba cana en un invernadero y la expusieron a gusanos que se alimentaron de sus hojas o a larvas de escarabájos que se alimentaron de sus raíces. A continuación cultivaron plantas nuevas en el mismo suelo y las volvieron a exponer a los insectos. El equipo informó que este mensaje del pasado influyó intensamente en el crecimiento y posiblemente el comportamiento de los insectos. El crecimiento y la palatabilidad de las plantas nuevas que han crecido en el mismo eran identicos a la planta anterior, lo que implica que la planta es capaz de trasmitir el «legado» del suelo a los gusanos y sus enemigos.
Olga Kostenko comentó: «Hemos descubierto que la composición de hongos del suelo cambió en gran medida en función de si el insecto se había alimentado de raíces o de hojas. Estos cambios en la comunidad de hongos modificaron a su vez el crecimiento y la química de la nueva generación de plantas y en consecuencia los insectos asociados.»
Ahora el equipo trabaja para averiguar durante cuánto tiempo permanecen en el suelo estos «mensajes de voz». También tratarán de ampliar su investigación y conocer la extensión de este fenómeno en la neturaleza.
Fuente: LaFlecha.com
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