"Un juez en Inglaterra decidió que el dueño de un restaurante debe dar la mitad de su premio por ganarse la lotería, de 1,7 millones de dólares, a un empleado que lo convenció de que jugara.
En enero de 2012 el dueño de un local de comida, de nacionalidad turca, Hayati Kucukkoylu eligió los números y pagó un billete de lotería de EuroMillions en la ciudad de York, y poco después fue el ganador del oneroso premio.
Sin embargo, Fatih Ozcan, trabajador del restaurante, dijo que el botín le pertenecía, ya que él había ido a comprar físicamente el boleto, luego de tres horas de estar convenciendo a su jefe de que debía adquirirlo ya que había tenido una premonición de que Kucukkoylu sería el ganador.
"Él soñó que sostenía una gran cantidad de dinero y enfrente estaba su jefe. El señor Ozcan es un ferviente creyente en el poder de los sueños e interpretó que esto significaba que él y el señor Kucukkoylu ganarían la lotería", dijo el juez Mark Gosnell al explicar su sentencia.
Gosnell explicó que el convencimiento por tres horas del empleado al jefe pasó a ser un contrato para jugar de forma conjunta aquel billete, por lo que deberán repartirse el premio y quedarse cada uno con la nada desestimable cifra de 857 mil dólares."
Visto aquí.
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En enero de 2012 el dueño de un local de comida, de nacionalidad turca, Hayati Kucukkoylu eligió los números y pagó un billete de lotería de EuroMillions en la ciudad de York, y poco después fue el ganador del oneroso premio.
Sin embargo, Fatih Ozcan, trabajador del restaurante, dijo que el botín le pertenecía, ya que él había ido a comprar físicamente el boleto, luego de tres horas de estar convenciendo a su jefe de que debía adquirirlo ya que había tenido una premonición de que Kucukkoylu sería el ganador.
"Él soñó que sostenía una gran cantidad de dinero y enfrente estaba su jefe. El señor Ozcan es un ferviente creyente en el poder de los sueños e interpretó que esto significaba que él y el señor Kucukkoylu ganarían la lotería", dijo el juez Mark Gosnell al explicar su sentencia.
Gosnell explicó que el convencimiento por tres horas del empleado al jefe pasó a ser un contrato para jugar de forma conjunta aquel billete, por lo que deberán repartirse el premio y quedarse cada uno con la nada desestimable cifra de 857 mil dólares."
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