4 oct 2017

Patines a motor y un propulsor para natación

De esto que te encuentras revisando algunas publicaciones de 1906 y, de repente, un extravagante personaje te asalta desde una portada de Scientific American

Y, en las páginas interiores, la cosa mejora porque, junto a una amplia descripción del invento, se incluye un gráfico del mismo.

Estamos a principios del siglo XX, cuando prácticamente se está poniendo un motor a todo tipo de vehículos. Era el tiempo en que nacían las motocicletas, los novísimos automóviles, camiones, autobuses y, claro está: patines. El protagonista de esa portada no fue el único, ni mucho menos. Se aplicaron motores eléctricos, de explosión, y hasta a vapor, a patines, patinetes, triciclos y monociclos.

Hoy existen diversos tipos de patines motorizados (y con luces), pero por ese tiempo era algo que rozaba lo mágico. Hay que recordar que eran unos años en los que tres tecnologías estaban luchando por hacerse con el mercado de la propulsión: los motores a vapor, que ya contaban con larga tradición. Los motores eléctricos, representados por decenas de modelos de automóvil eléctrico que se comercializaron entre la última década del siglo XIX y la Primera Guerra Mundial. Y, cómo no, los vehículos dotados con motor de explosión, que estaban por entonces tomando la delantera.

En Scientific American comentaban acerca de este artilugio que se trataba de un invento creado por M. Constantini (presentó su máquina en Francia pero presumiblemente era de origen italiano, por lo recogido en noticias de la época). Era un conocido fabricante de carburadores y accesorios para automóviles. Al parecer, se trataba de la primera vez (o, al menos, una de las primeras porque nunca se sabe en estos casos) que se aplicaba un pequeño motor de gasolina para moverse sobre patines. Constantini expuso su invento en el Salón del Automóvil de París y, no contento sólo con mostrarlo, se animó a circular por las calles parisinas con semejante artilugio. La gente se asombraba al verlo pasar. Cada patín contaba con un motor de gasolina (de cuatro kilos cada uno), batería, bobina de chispa, carburador, ruedas de goma y todo lo necesario para controlar los dos propulsores. Esos controles se encontraban en el cinturón del viajero, que podía controlar el apagado de cada motor y el flujo de gasolina desde un depósito que se situaba a modo de mochila a su espalda.

El peso de cada patín completo rondaba los seis kilogramos. Se comentaba que podía llegarse a los 40 kilómetros por hora de velocidad con semejante artilugio. Para comenzar el viaje, se arrancaba cada motor de forma individual, ajustando la mezcla y controlando la alimentación por medio de unos cables. Para detenerse, no había más que apretar el botón de cierre de circuito eléctrico de las bujías y, ya está, tenemos los motores parados. Claro, era complicado ajustar la velocidad de los dos motores, por lo que había que ir jugando con el balance de peso con los pies hasta dar con el equilibrio adecuado.

La prensa de la época ya se había hecho eco de una versión de los patines “de cien leguas” que Constantini había ideado. Ese modelo inicial contaba con motor eléctrico, pero su autonomía era escasa. Con el modelo de gasolina, Constantini afirmaba tener una autonomía de 120 kilómetros (a razón de un litro de gasolina cada 60 kilómetros, teniendo en cuenta que el depósito tenía una capacidad de 2 litros de combustible). Ese mismo año de 1906, el número 339 de la revista El mundo científico (Barcelona, 29 de septiembre), informaba que Constantini había modificado su pequeño motor para aplicarlo a un “nadador automático”, algo así como una especie de mochila propulsora para navegar de forma autónoma (ver imagen pequeña).

Madrid científico, en su número 558, de 1907, menciona ese otro invento motorizado:

De día en día vamos acercándonos al ideal de que los esfuerzos musculares del hombre sean únicamente esfuerzos directores, gracias al desarrollo de la mecánica. Lo que se refiere a la locomoción individual no podía exceptuarse de esta regla general. Hace algún tiempo se habló de los patines con motor de gasolina inventados por el Sr. Constantini, de París. Con ellos las famosas «botas de cien leguas» del espantoso gigantón que tantas proezas hace en los cuentos de niños, venían a tener un comienzo de realización práctica. El mismo inventor ha ideado y publicado más recientemente otro aparato que es a la natación lo que los patines consabidos son al pedestrismo. Con éstos cualquiera podría pasar por un gran andarín; con el otro, todos, hasta los más inexpertos, podrán emular las hazañas de los más famosos nadadores. El cuerpo principal del aparato consiste en una ligera caja de aluminio de unos 50 centímetrosde altura. La caja va colocada y sujeta por unas correas a la espalda del nadador, el cual queda sentado en un sillín L de chapa metálica recubierta de corcho y a cuya parte delantera va unido un flotador M henchido de aire. En la caja va un motor de gasolina que mueve la hélice J protegida por un cono de tela metálica. Normalmente, el aire necesario para el motor se toma de la atmósfera libre y cuando la caja está accidentalmente sumergida, un tubo E conduce el aire de un flotador no representado en la figura. El depósito de gasolina A va colocado en la parte superior y posterior de la caja. Para impedir la entrada del aire, el tubo de salida de los gases va provisto de una válvula especial O representada aparte en la figura. Dos flotadores, no marcados en el dibujo, van uno a cada lado del nadador asegurando su estabilidad. La distancia que puede recorrerse con este aparato no tiene más límite que el agotamiento de la provisión de gasolina, y dado el tamaño del tanque, resulta que estando el mar en buenas condiciones pueden recorrerse bastantes millas con este aparato. Se pretende, además, que el propulsor, sobre ser de aplicación útilísima en el deporte de la natación, puede también resultar de eficacia grande como salvavidas.

Patines a motor y un propulsor para natación apareció originalmente en Tecnología Obsoleta, 4 octubre 2017.


via Tecnología Obsoleta http://alpoma.net/tecob

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