Cuando hay que elegir entre cooperar con los demás o traicionarlos, por nuestro propio beneficio, es más probable que cooperemos si antes han actuado así con nosotros y si nosotros mismos también nos hemos comportado de forma altruista. Esto lo hacemos mediante un aprendizaje que refuerza lo que nos ha ido bien y no porque imitemos a personas con éxito. Así lo señala un estudio de investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) basado en el dilema del prisionero, un popular problema para el estudio de conflictos.
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