Los dispositivos de laboratorio en un chip (lab-on-a-chip) son el resultado de una revolución tranquila que se ha vivido en los últimos años en los campos de la química y la medicina, y que ha sido posible gracias al conocimiento sobre cómo se comportan los fluidos a pequeña escala. En el futuro, reducir estos dispositivos a tamaños aún más pequeños, incluso comparables al de una molécula líquida, será un gran reto. Una nueva forma de hacerlo es utilizar coloides como átomos muy grandes, según un artículo publicado recientemente por la revista Nature Communications y en el que participan investigadores de la Universidad de Barcelona.
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